Madrid, 2015-2019
(…) di un grito de infierno. Un grito que debía hacer muchos años que llevaba dentro y con aquel grito, tan ancho que le costó mucho pasar por la garganta, me salió de la boca una pizca de cosa de nada, como un escarabajo de saliva. Mercé Rodoreda: la plaza de diamante, 1965
(…) Si derribaran mi frente, los toros bravos saldarían, luto en desorden, dementes, contra los cuerpos humanos. Era mi dolor tan alto que miraba al otro mundo por encima del ocaso. Manuel Altolaguirre, 1905-1959
Si queréis creerme, bien. Ahora diré cómo es Octavia, ciudad telaraña. Hay un precipicio entre dos montañas abruptas: la ciudad está en el vacío, atada a las dos crestas por cuerdas y cadenas y pasarelas. Italo Calvino: Ciudad Invisible, 1972
(…) di un grito de infierno. Un grito que debía hacer muchos años que llevaba dentro y con aquel grito, tan ancho que le costó mucho pasar por la garganta, me salió de la boca una pizca de cosa de nada, como un escarabajo de saliva. Mercé Rodoreda: la plaza de diamante, 1965